A punto de llegar a la estación

•marzo 31, 2010 • Deja un comentario

me despido con una bienvenida


«Bienvenidas a Chile», mi proyecto de tesis pone, de alguna manera, fin al viaje magistral que empezó en marzo de 2008. Va a sonar cliché pero creo que la defensa de la tesis y posterior titulación no serán el punto de llegada sino más bien el del medio, una parada donde uno se toma un descanso para continuar.

El recorrido durante el verano fue intenso como el calor que abrazó a Santiago y es un alivio de otoño haber presentado las tres copias finales del proyecto unos días atrás.

Dentro de poco voy a defender mi creación frente a mi guía, el jurado, mis papás y algunos compañeros. Luego, no haré nada académico, me dedicaré a pensar que haré esos días con mi mamá en Santiago, qué película iremos a ver o por qué calles pasearemos.

Después sé que vendrán nuevos proyectos. Por lo pronto iré un día a la semana al INCAMI para desarrollar algunos materiales de comunicación, quizá los videos que propongo en Bienvenidas, así por lo menos quedamos con el Padre Beto la última vez que nos vimos.

No sé como hacer una despedida, siento que lo que está en este blog ya dice mucho del gran tiempo que viví como pasajera. Creo que sólo voy a decir ‘hasta el próximo post’.

Retomando algunos carriles centrales

•marzo 31, 2010 • Deja un comentario

un repaso de lo que he incorporado en el proyecto


Cuando construía el marco teórico y la propuesta de mi proyecto fui incorporando -muchas veces a conciencia y otras sin pensarlo- ciertos planteamientos y enfoques de varios conductores que me habían «tocado» durante el viaje magistral. No todos están expresados en la bibliografía pero quien fue pasajero como yo podría percibirlo.

Creo que cada persona adopta distintas formas de ver las cosas y desde allí propone. Pues bien, la esencia de mi propuesta recoge la importancia de los medios de comunicación como agentes educativos en la sociedad del conocimiento, la necesidad de brindar soluciones pensando siempre en las personas, la definición de la comunicación como un acto de poner en común el conocimiento, el principio de sabernos arquitectos o diseñadores antes que constructores y sobre todo la idea de que hemos sido formados para brindar soluciones a problemas educativos.

Mar de Fontcuberta nos dio a conocer un mundo complejo donde los medios debían involucrarse y tomar en cuenta distintas dimensiones de la realidad para que fueran verdaderos agentes de formación. Además, nos enseñó que la nueva sociedad tenía por apellido «del conocimiento» lo que implicaba ser conscientes del cambio en los procesos de enseñanza para adaptarse a un nuevo tiempo donde dominaría la gestión de aprendizaje que se hiciera a partir de la información. También en este nuevo tiempo las tecnologías de la información y comunicación cobraban protagonismo.

En tal panorama tenía sentido la convivencia entre los medios y la educación, ya sea a a través de la educación para los medios o crear medios con fines educativos, por lo que terminé inclinándome yo.

Hasta que Fabio Tropea llegó de Barcelona, tenía en mi mente el modelo tecnicista de la comunicación. Si me preguntaban cómo la definiría hubiera dicho -como la mayoría- que era un proceso donde el emisor transmitía un mensaje que recibía el receptor a través de un canal. La verdad es que fue en su visita que escuché por primera vez que la comunicación era un acto de compartir y de poner en común, de modo que se integrara al otro. Nada con más sentido para lo que yo quería hacer meses después: promover la integración de mujeres migrantes, con códigos diferentes, en una sociedad de acogida.

Con Valerio Fuenzalida, mi profesor guía, terminé por convertir en algo automático el hecho de poner a las personas -la audiencia- por delante cada vez que se presentara ante mi un problema de formación o comunicación -y en realidad de cualquier tipo-. Con él entendí la importancia de conocer sus características y sus espacios de interacción, de educación y de comunicación. Pero eso de ponerse en el lugar del otro para entender sus necesidades y generar cambio también fue reforzado en los viajes que condujo Soledad Ugarte.

Gracias a mi guía fui consciente de la existencia de diversos «espacios-tiempos» y que en ellos podían surgir expectativas educativas. Además, descubrí que estas expectativas se escapaban de los moldes de la educación formal y albergaban desde las necesidades de información hasta el anehlo de compañía y las recargas de energía.

Las precisiones de Francisco Fernández y Adriana Vergara, me ayudaron a presentar el diseño de un producto multimedios. De ambos recibí orientaciones para la descripción de la audiencia y el ambiente de aprendizaje así como para poner énfasis en la transmisión de la idea, las competencias que apuntaría a lograr, los contenidos que desarrollaría y los medios que emplearía para lograrlo. Con ambos pude sistematizar y sobre todo con Adriana, no perdí de vista el tema de la evaluación.

Gracias a Myrna Gálvez recordé la importancia de integrar los medios en los espacios de formación y lo beneficioso que resulta acercarlos a las personas de manera creativa. De eso me di cuenta al hacer el primer taller con mujeres migrantes en el INCAMI.

Finalmente, uno de los últimos conductores, Christian Calderón, me puso -como al resto de mis compañeros- un nuevo título, el de educomunicadora preparada para diseñar soluciones comunicacionales a problemas educativos. Con esta frase tan corta pudo resumir el largo viaje que había hecho junto a mis compañeros y pudo darme una nueva perspectiva de lo que haré más adelante. Pudo con esa frase brindarme un foco al momento de plantearme el problema y resolverlo a través de mi proyecto.

Por todas estas razones retomo estas rutas, porque las considero vías centrales, que se construyeron también gracias al aporte de otros conductores porque todo suma en esta gran vía que recorrí desde el 2008.


Un viaje muy personal

•marzo 30, 2010 • Deja un comentario

taller de escritura autobiográfica en el INCAMI

Desde que empecé el magister, gracias a Clara, establecí una relación con el INCAMI que se fortaleció con el tema del proyecto de grado. El primer acercamiento fue un taller de periódico mural para el taller de prensa del magíster, luego participé en algunas celebraciones y actividades y en otro periódico mural (esta vez sin público). Demás está decir que ese espacio me fortalece y me enriquece.

Cuando participo en alguna actividad me renuevo y me siento satisfecha. Sé que puedo aportar pero también es un aporte para mí en el sentido que me da la oportunidad de hacer algo por los demás y eso me gusta. Por eso, cuando Clara me preguntó si podía apoyarlos en la celebración por el Día Internacional de la Mujer le dije que sí inmediatamente.

¿Qué hice? fui la facilitadora del taller de escritura autobiográfica. Con el desafío en las manos llamé a mi mamá -que tiene experiencia en talleres participativos y trabajo con mujeres- para que me ayudara a organizar mis ideas y darme otras nuevas. Juntas preparamos la estructura y diseñamos las actividades, teniendo en cuenta que se trataba de un grupo de mujeres con una gran carga emocional y con una experiencia de vida tan grande como lo es asumir una nueva vida lejos de las personas que más quieren.

Llegó el día. Después de la misa, fuimos por el almuerzo que habían preparado los hombres, sacerdotes, esposos, amigos, hijos, novios, etc. Y luego al taller. Yo tenía listas unas figuras con sus nombres y una frase motivadora pegada en la pared.

LLegaron Elsa, Leslie, María, Juanita, Lidia y Bertha. Después de presentarnos nos motivamos asocioando la fertilidad que caracteriza a las mujeres con su capacidad de crear, de hacer, de escribir sobre ellas mismas. Así, para soltar la mano fuimos respondiendo unas preguntas inspiradas por una música suave que sonaba de fondo: ¿Quién soy? ¿Cómo soy? ¿Qué me gusta? ¿Cuáles son mis palabras favoritas? ¿Qué palabras no me gustan? ¿Cuál es el recuerdo más lindo que tengo? ¿Cuáles son mis sueños?

Hasta ese momento teníamos una valiosa información. Las participantes habían podido identificar cosas de ellas mismas que las definían como mujeres, una distinta a la otra.

Con todo eso tenían que crear, y a partir de lo que habían escrito confeccionaron sus propias autobiografías que finalmente tomaron forma de relatos poéticos, biografías e incluso acrósticos. En cada una de ellas habían frases alegres, llenas de fuerza, valor, reconocimiento. Eran frases reales con las que se describían tal cual eran.

Después llegó el momento de compartir y aunque al principio no querían, más de una se animó. Quienes guardaron consigo sus creaciones estaban igual de contentas.

Nos avisaron que nos esperaban en el salón parroquial para mostrar nuestros logros (igual que los del grupo de biodanza que trabajaba en paralelo) pero antes reconocimos lo que habíamos aprendido y para que nos había servido el taller. Lo que muchas dijeron confirmaba la necesidad de crear espacios de expresión, liberación y fortalecimiento de la afectividad.

Para terminar más motivadas aún compartimos una breve lectura y terminamos diciendo: Qué lindo es ser mujer y estoy feliz de serlo. Estoy feliz en verdad.

Una noche todo se descarriló

•marzo 30, 2010 • Deja un comentario

reflexiones mediáticas sobre el terremoto del 27 de febrero


Yo tengo el sueño muy profundo. Puedo dormir diez horas en un bus, desde que parte del terminal hasta que llega a su destino. Es posible que hagan una fiesta al lado de mi cama y no me de ni cuenta. La tele puede quedarse encendida toda la noche y ni me entero.

Pero el sábado 27 de febrero, como a las 3 y media de la mañana, un movimiento exageradamente brusco me sacó de la cama de un salto. Le avisé a Juanjo que algo pasaba y automática e inconscientemente corrí hasta la puerta para abrirla. Lo demás fue un susto enorme que aumentaba con un ruido terrible que según yo venía de la tierra, como si ésta abriera sus fauces para tragarnos.

No paso nada. El edificio tuvo luz en todo momento, sonaron las alarmas y nadie salió herido. En nuestro departamento del quinto piso no se rompió ni un plato, sólo cayeron un par de libros.

Bueno, no me explayo en más en estos detalles porque ya en los medios han aparecido bastantes y hasta hoy, la información se sigue actualizando con experiencias más interesantes que la mía.

Pero quería hablar de los medios. Para empezar, a causa de un reportaje publicado en la revista Sábado del diario El Mercurio sobre el terremoto de Haití creo que abrí la puerta del departamento y evacuamos. En mi mente lo único que veía eran unos párrafos con letra imprenta donde decía que varias personas murieron porque no pudieron salir del hotel, la oficina o el lugar donde se encontraban.

Nosotros no tenemos radio pero esa madrugada conectamos los audífonos a mi celular y pudimos escuchar la Cooperativa. Con eso supimos el lugar del epicentro y cómo estaban las cosas en Santiago, de acuerdo a las versiones de distintos corresponsales de la radio.

Como no teníamos señal en la televisión no pudimos ver a la periodista Mónica Rincón sin maquillaje diciéndole a todo Chile que los medios estaban presentes. Pero luego nos enteramos.

Al día siguiente, había poquísima información en los diarios respecto al terremoto. Obviamente, la edición diaria y los suplementos ya estaban en imprenta a la hora que se remeció Chile pero esa situación fue recompensada durante el transcurso de la semana.

Resalto la cobertura mediática de los días siguientes. No había cómo quedarse sin información, al menos en Santiago, siempre y cuando se tuviera luz. La semana del 28 de febrero al 07 de marzo hubo transmisión interrumpida con diversos enlaces con los lugares más afectados. Los diarios publicaron secciones y suplementos especiales con amplia información e infinitas fotografías. He guardado todos los que llegaron a mis manos, considero que son material histórico.

Ni qué decir de Internet. Las páginas web, la versión electrónica de los diarios, el e-mail, Google, Facebook y Twitter nunca mejor usados. En sus espacios virtuales las personas se coordinaron para ayudar, encontrar información sobre los desaparecidos y conocer el estado de la catástrofe. Además el periodismo ciudadano se lució a través de los videos, fotografías y aporte de información.

Tampoco me explayaré. Hay muchas publicaciones que lo han reconocido.

Precisamente, el suplemento Wikén de El Mercurio (viernes 26 de marzo) analiza cómo percibió la población el rol de distintos conductores de noticias y animadores de televisión durante la cobertura del terremoto, y es que para muchos, ellos fueron los facilitadores de la información y los acompañantes en verdaderos momentos de incertidumbre.

Sólo puedo decir que extrañé algo en esta excelente participación mediática: no saber de los lugares y de las personas que estaban bien. Es cierto que era necesario conocer quiénes eran los más afectados pero no se tenía certeza sobre algunas zonas -que supuestamente estaban bien- de las provincias y regiones afectadas. Creo que hizo falta decir, en tal y tal lugar no pasó nada grave.

Por otro lado, me costó admitir que si no apareces en los medios no eres nadie pero en parte sucedió así.  Yo tenía la idea -quizá me equivoque- que algunos mapuches y otras poblaciones indígenas viven en la región del Maule y la Araucanía pero nadie dijo nada sobre ellos… ¿no les pasó nada?

Lo mismo ocurrió al comienzo con los migrantes pero conforme pasaban los días y se hacían evidentes los daños, los medios se dieron cuenta que muchas de las construcciones de adobe que se habían destruido en Santiago eran las viviendas de migrantes latinoamericanos, especialmente peruanos. Recién ahí les dieron voz en la cobertura periodística.

Con todo, me hace sentido -más que nunca- que vivimos en una nueva sociedad donde convivimos con los medios y las nuevas tecnologías. También refuerzo mi afecto y fe en los medios, sé que pueden ser verdaderos agentes educativos.

Pasajera extranjera

•marzo 30, 2010 • 1 comentario

convirtiéndome en una más de mi audiencia objetivo


Una mañana de febrero tuve que ir, como en oportunidades anteriores, al Departamento de Extranjería y Migración para preguntar por la demora de un permiso de trabajo y saber por qué no aparecía mi solicitud en internet. Al igual que otras veces, sabía que debía esperar por largo tiempo así que llevé un libro para entretenerme.

Después de dos horas por fin me tocaba y con buena disposición me acerqué al módulo que me correspondía, saludé a la funcionaria y empecé a explicarle mi situación con tranquilidad y claridad, buscando únicamente una respuesta efectiva.

Como venía de un estado casi de paz provocado por dos horas de lectura y relajación, la dureza, prepotencia y desinterés de quien me ¿atendió? me descuadraron. Esa mujer detrás del mesón me dijo desde que el permiso que estaba esperando nunca se entregaba por ventanilla (como si se lo hubiera solicitado, sólo consulté cuando estaría listo y si como estudiante podía trabajar mientras tanto) hasta que había ido a Extranjería a perder mi tiempo. No contenta con eso me derivó a otra dependencia pública (el Servicio de Impuestos Internos) para que ya empezara a emitir boletas de trabajo, aún cuando me había dicho que no podía trabajar y que ¡¡Cómo no sabía eso!!.

Además, mientras me hablaba hacía otras cosas, buscaba papeles y de cuando en cuando me miraba, para desaprobar mi decisión de ir a preguntar a la oficina de informes. ¡Qué mala idea la mía! ¡Cómo se me ocurre ir a solicitar información cuando los del call center no me la pueden dar!

Cuando llega lo inesperado a veces una no sabe como reaccionar. Si en otra oportunidad me hubieran preguntado que hubiera en una situación así se me habrían ocurrido muchas respuestas, empezando por pedirle respeto y paciencia a quien estaba delante de mi, de lo contrario me demostraría que sí, que realmente estaba perdiendo mi tiempo.

Pero no hice nada. No en ese momento, sólo me volteé y me fui.

Cuando reaccioné escribí un reclamo en el formulario de la página web y descargué todos mis argumentos. Un par de semanas después recibí un e-mail de la jefa de atención de público que, además de disculparse, me explicó que esa funcionaria no atendía público, sólo estampaba las visas, es decir se dedicaba al papeleo. En mi correo de respuesta le agradecí y le dije que no creía que había que cumplir la función de «atención al público» para brindar un buen trato y saber comunicarse con los demás.

Toda esa situación me hizo pensar en otras mujeres, jóvenes, adultas, profesionales, analfabetas, tímidas, distraídas, prepotentes, nerviosas, calmadas, etc., pero extranjeras.  Mujeres que lo que más necesitan es un interlocutor o interlocutora que tenga vocación de realizar una comunicación intercultural, que no requiere más técnica ni ciencia que comprender al otro, poniéndose en su lugar y compartiéndole su conocimiento.

Días antes del incidente había entrevistado a Flavio Antunes del INCAMI y durante la conversación salió el tema de la necesidad de formación de los funcionarios públicos en habilidades de comunicación intercultural.

En ese momento lo tomé en cuenta, pero lo valoré después de haber pasado por la experiencia que seguramente habían vivido muchas de las mujeres que yo había considerado como la audiencia objetivo de mi proyecto.

Aumentando el cargamento II

•marzo 29, 2010 • Deja un comentario

transito por caminos recorridos


Ya se habían acabado las clases en la universidad pero en el firme propósito de aumentar mi cargamento de aprendizajes, en enero, asistí a la conferencia «E-learning by doing» que daba el profesor Sergio Vásquez Bronfman, experto en educación y nuevas tecnologías. El es chileno francés y trabaja como profesor e investigador en la ESCP-EAP (European School of Management) de París además de ejercer como consultor en la empresa de formación y aprendizaje CV&A Consulting de Barcelona.

Fue gratificamente volver a viajar en el vagón de las nuevas tecnologías sobre todo porque este conductor hacía incapié en algunas cosas ya aprendidas como la importancia de la audiencia y el juego para diseñar procesos de aprendizaje con las nuevas tecnologías y brindaba nuevos enofoques como el centrarse en el hacer, eje de su presentación.

Doing o hacer. Con estas palabras sustentaba la importancia de crear ambientes y contextos donde los alumnos puedieran asumir un rol para resolver problemas que los condujeran al aprendizaje. En este sentido las preguntas claves del diseño educativo serían: ¿Qué van a hacer? ¿Qué hará el formador? ¿Qué hace la tecnología? Así se priorizaba la experiencia ante el infocentrismo y el tecnocentrismo, que después de la propuesta se veían como elementos externos al propio proceso de aprendizaje.

Bajo este planteamiento cobraban importancia elementos como el desafío que debía plantearse en las propuestas educativas y el rol que asumirían los estudiantes. El desafío gatillaría la motivación por aprender y llegar al final del curso o actividad mientras que el rol permitiría actuar sobre problemas y contextos reales, en los cuales fuera necesario -nuevamente- hacer algo.

Esa era la clave para el expositor quien la consieraba mucho más importante que aprender a ser o aprender a acerca de, pues en la primera, los alumnos terminarían por capacitarse en un puesto antes que desarrollar competencias para lograr lo que dicho puesto debe hacer y en la segunda, los conocimientos se limitarían a los conceptos y contenidos duros sin tener la oportunidad de saber cómo se aplican en la vida real.

Por otra parte introdujo un concepto nuevo para mí: reflection in action, que vendría a ser un feedback intrínseco. En e-learning, como en todo proceso de aprendizaje, es necesario brindar retroalimentación a los alumnos pero lo interesante de trabajar con nuevas tecnologías es que se pueden crear contextos que presenten actividades cuya retroalimentación tenga que ver con el mismo contexto y no sea una voz externa que valore y responda a la intervención de los alumnos sólo con calificativos de correcto o incorrecto.

Por ejemplo, si durante una actividad sobre la construcción de un edificio me equivoco al colocar una pieza fundamental en su estructura, el feedback intrínseco no me dirá que está mal, sino que hará que la construcción se venga abajo.

Eso y resaltar la importancia del juego en tanto permite una aplicación inmediata de los conocimientos, presenta quiebres y sorpresas así como desafíos a través de roles, me motivó mucho a desarrollar la creatividad en el diseño de productos educativos. ¿Sólo se puede aplicar al e-learning? creo que no y por eso me animé más, pensando en cómo se podía traspasar este enfoque a otro tipo de materiales formativos… ¿Qué se les ocurre? ¿sería posible en productos de lenguaje audiovisual, radiofónico o gráfico?

Para la inspiración dejo una presentación hecha en base a la exposición de este tecnológico conductor.

Presentacion SVB

Aumentando el cargamento

•marzo 29, 2010 • Deja un comentario

no sólo de textos se construye la bibliografía


Durante el segundo semestre de 2009 continuaron las reuniones entre el profesor Valerio Fuenzalida, Clara y yo. Como había mencionando en un post anterior, trabajar junto a Clara era enriquecedor, en tanto me transmitía su experiencia sobre el trabajo con migrantes y me daba la oportunidad de acercarme al INCAMI donde podía obtener información relevante y sobre todo observar distintos espacios y momentos de interacción de quienes conformarían la audiencia de Bienvenidas a Chile, mi proyecto de tesis.

Por otra parte, el hecho de mantener contacto con Conspirando me permitió enterarme de iniciativas de algunas organizaciones que trabajan con mujeres respecto al tema de la migración con enfoque de género. Sin pensarlo, mis intereses estaban confluyendo y fue así que en noviembre de 2009 pude participar de tres conversatorios sobre el tema sobre el que había puesto toda mi atención. En el lapso de un mes pude recopilar información que no provenía de los libros sino que me demostraba cómo se estaba tratando el tema en la realidad. Aumentó mi cargamento de material bibliográfico y también mi motivación por lo que estaba haciendo.

Como quien mira hacia atrás recuerdo lo que fueron esos encuentros:

04 de noviembre de 2009: Bienvenida bien hecha. Buenas prácticas para el trabajo con migrantes. El Servicio Jesuita a Migrantes y el Centro de Reflexión y Acción Social (CREAS) de la Universidad Alberto Hurtado organizaron este seminario con la finalidad de dar a conocer qué estaban haciendo, concretamente, distintas isntituciones públicas y privadas respecto a la creciente migración en Chile. Es decir, brindaron un panorama de lo que estaba pasando y de cómo se articulaban estas iniciativas.

Antes de las presentaciones el padre Aguayo del Servicio Jesuita a Migrantes invitó a reflexionar sobre la realidad de los migrantes y la actitud que se debía tener hacia ellos para integrarlos. Recordó que a pesar de ser extranjeros los migrantes no son ajenos ni personas sin opinión porque tienen los mismos derechos para elegir, opinar y decidir sobre su situación en la sociedad que los recibe. Además, resaltó la importancia que la sociedad civil chilena estuviera fortalecida, articulada y preparada para brindar una verdadera acogida.

Con las exposiciones confirmé los servicios que brinda el CIAMI, poniendo énfasis en la capacitación e inserción laboral; reconocí el esfuerzo de la Oficina de Informaciones, Reclamos y Sugerencias del Departamento de Extranjería y Migración del Ministerio del Interior por atender la demanda de información de muchos migrantes -aunque en mi condición de migrante me consta que hay muchas cosas por mejorar-; valoré los proyectos y campañas de la Fundación Instituto de la Mujer que contribuyen a la integración y el empoderamiento de las mujeres migrantes, sobre todo porque se realizan enfrentando la adversidad del rechazo, falta de tiempo, falta de perseverancia o carga emocional negativa presentes en algunas de ellas.

Del mismo modo, coincidí en la importancia del acompañamiento pastoral para la integración que realiza la Pastoral Social Vicaría Zona Norte y de brindar servicios de salud a las migrantes, especialmente habiendo logrado la sensibilización de los funcionarios encargados. Para ello trabaja el Servicio de Salud Metropolitano Central.

También reconocí el trabajo de la Clínica Jurídica de la Universidad Alberto Hurtado porque en muchos casos su aporte ayuda a salir de situaciones de vulnerabilidad, defender sus derechos y tener conciencia de que como migrantes pueden ser tan ciudadanos como los propios chilenos.

Con todas estas presentaciones empezó a crecer mi cargamento de información y a tomar forma muchas de las cosas que había leído.

06 de noviembre de 2009: Lanzamiento de campaña «Con la integración, todas y todos ganamos». La Fundación Instituto de la Mujer (FIMU) daba a conocer su tercera campaña a favor de los derechos de las mujeres migrantes. Esta vez haciendo uso de medios impresos para transmitir mensajes que permitieran comprender que la integración de las migrantes es una ganancia en capital social y enriquecimiento cultural.

Las mujeres que llegan a Chile para trabajar traen consigo sueños, esfuerzo, objetivos, fortaleza pero también penas y desprotección que se acentúa cuando están desinformadas de sus derechos. Por eso, el material del FIMU es un gran aporte en tanto les entrega información sobre el acceso que tienen a los servicios de justicia, salud y educación. De este modo busca fomentar la integración, promoviendo la convivencia intercultural y la igualdad en el trato.

En el lanzamiento se dijo que los folletos serían distribuidos en puntos estratégicos de Arica, Iquique, Antofagasta y la Región Metropolitana y posteriormente se desarrollarían escuelas de liderazgo orientadas al empoderamiento de estas mujeres, obviamente con miras a alcanzar su integración de manera integral.

Para inspirar el viaje. Un spot de la misma campaña realizado en España:

18 de noviembre de 2009: Construyendo redes: Migrantes latinoamericanas en las cadenas globales de cuidado. Cuidado, bajo ese concepto gira el proyecto del Centro de Estudios de la Mujer realizado con el financiamiento de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y coordinado junto al Instituto Internacional de Investigaciones y Capacitación de las Naciones Unidas para la Promoción de la Mujer (UN-INSTRAW).

Distintos estudios e investigaciones sobre migración y género coinciden en que la movilización internacional de las mujeres se ve influenciada por la generización del trabajo, producto de la globalización. En este proceso, a las mujeres se les ha asignado por años las tareas de cuidado, a veces simplemente por el hecho de ser mujeres, asumiendo que por su condición están preparadas para el mantenimiento del hogar y el cuidado de los hijos.

Chile no es ajeno a esta situación y por eso, la mayoría de mujeres migrantes laborales trabaja como asesora de hogar, sobre todo las que vienen de países de la misma región como Perú, Bolivia y Ecuador. Y es que el aumento del ingreso de las chilenas al mercado laboral así como el de la esperanza de vida y el traspaso de quienes hacían las veces de asesoras de hogar a otras áreas laborales han hecho posible esta demanda de servicios de cuidado.

Sin embargo, las migrantes dejan sus hijos al cuidado de otras mujeres de su familia y en la mayoría de casos no realizan actividades de autocuidado.

En este contexto, el equipo del proyecto dio a conocer sus objetivo de: a. Contribuir a la formulación de propuestas que integren el componente del cuidado como eje central del desarrollo y que valoricen el trabajo de cuidados, la responsabilidad colectiva y la igualdad de género en la provisión de cuidados y b. Visibilizar los procesos que experimentan las mujeres migrantes en el trabajo de cuidados en los países de origen y de destino.

Para apoyar la presentación intervinieron representantes de instituciones internacionales y públicas, como la CEPAL y MIDEPLAN quienes con distinta información complementaron los resultados del proyecto ejecutado en Chile y las características del problema del cuidado. De este modo se generó un espacio de reconocimiento de la necesidad de diseñar propuestas de protección y cuidado social para quienes trabajan como asesoras de hogar lejos de sus hogares y de la importancia del cudiado en el desarrollo de las familias, base de la sociedad.

Clases con Pocho Ottobre, un nuevo conductor

•marzo 28, 2010 • Deja un comentario

viaje intensamente lúdico


A diferencia de otras oportunidades en que compartíamos nuestro tren con pasajeros de otros cursos, en octubre de 2009 me tocó subirme al vagón del grupo que ingresó ese año porque los visitaba un nuevo conductor: el profesor Salvador ‘Pocho’ Ottobre, que tiene mucha experiencia en la educomunicación sobre todo en la producción de programas de televisión educativos y en el enfoque pedagógico basado en el juego y la integración de las nuevas tecnologías.

Precisamente, lo lúdico primó en el viaje y así participé de una clase-taller donde reflexionamos y creamos recursos educativos motivadores. Al principio sentí que el objetivo estaba pensado sobre todo en quienes se dedicaban a la docencia pues en cada sesión desarrollamos herramientas de aprendizaje lúdico sobre contenidos curriculares. Pero conforme pasaban los días me di cuenta que sus planteamientos no se restringían a la escuela; él hablaba del juego como un elemento que debería estar presente en distintas etapas y espacios de interacción y aprendizaje de las personas. En conclusión, valoramos el juego como un sistema educativo y pusimos al límite nuestra creatividad.

Durante el viaje revisamos algunos fragmentos de su libro «¿Dónde quedó mi tamagochi?» que habla de la importancia de desarrollar la creatividad y la imaginación en el aula así como de revisar la inclusión de las nuevas tecnologías con la finalidad que no terminen siendo un elemento obligatorio en el diseño de procesos de aprendizaje sin saber por qué.

De ese modo, nosotros mismos aprendimos jugando y eso sirvió para comprobar la teoría del profesor Ottobre.

Una de las actividades de nuestro viaje que duró una semana fue la de «El sapo y la rana». Consistía en analizar un video del canal Clase sobre la rana, bajo la premisa que este anfibio estaba venido a menos frente al sapo y había que proponer distintas formas de resaltar sus cualidades a través de los medios, de modo que adquiriera «popularidad» entre la opinión pública.

El resultado fue: un comic de Super rana, un anfibio que luchaba contra el calentamiento global; una campaña política para votar a la rana como presidente y por último un date show que mostraba las cualidades de una rana macho para ganarse el amor de una ranita. Para ello tuvimos que prestar atención a la información del video y soltar toda la creatividad posible para inventar soluciones novedosas… ¿Cuál creen que tuvo mayor acogida? bueno, aunque las tres ideas estuvieron buenas, la búsqueda de pareja por televisión resultó ser la más aplaudida.

En otro momento revisamos propuestas del uso de juegos para aprender contenidos de lengua y literatura. Así, tuvimos que resolver intuitivamente una suerte de mapa conceptual sobre el siglo de oro del teatro español, aunque más parecía un rompecabezas. Elaborado con un bajo nivel de programación no dejaba que se colocara una pieza en un lugar donde no le correspondía y como había muchas piezas (cuadros de texto con una o dos palabras) y varias áreas donde colocarlas, nos tomamos bastante tiempo asociando distintos conceptos a los personajes, el montaje, los temas, el contexto histórico, político y los dramaturgos, entre otros.

Tal actividad nos motivaba porque se nos presentaba el desafío de completar este árbol de contenidos a través de nuestro propio razonamiento lógico. Recuerdo también que esa sesión la terminamos aún más motivados porque después de terminar la actividad tuvimos una pequeña evaluación que consistía en responder preguntas que se le iban presentando a un personaje que intentaba llegar a su casa de modo que cada respuesta correcta significaba avanzar un poco más en el camino. Como mencioné: reto, desafío, eso fue lo que primó en ambas actividades. Si a nosotros nos motivó, ya imagino lo que se podría lograr en los alumnos.

Otro día, nuestro conductor nos presentó la historia de Los Web, una familia que había logrado escapar de la tierra cuando ya no se podía continuar la vida producto de la contaminación. En lugar de personas, animales y plantas, habían quedado robots que eran manejados desde el nuevo planeta de Los Web. La historia era larga pero en resumen, debido a ciertas circunstancias, papá, mamá y los dos hijos Web, volvían a la tierra para… ¿para qué? eso era lo que teníamos que proponer. Es decir, apartir de estos personajes y sus características, darles una función para enseñar distintos contenidos.

Entre las propuestas grupales surgió que Los Web enseñaban la historia de la música y que organizaban un debate para conocer el contexto en que se quería construir una represa en el sur de Chile.

Demás está decir que las sesiones fueron lúdicas pero también intensas y eso es lo que se siente cuando uno se desacostumbra a crear  y a jugar.

Para terminar el viaje tuvimos el reto mayor: después de haber visto unos videos -realizados en formato de animació- sobre las civilizaciones antiguas debíamos diseñar una sesión donde se pusieran en práctica distintos elementos que habíamos revisado durante la semana con la finalidad de generar un aprendizaje en los alumnos de manera divertida. Hubo diversas propuestas pero de lo que recuerdo, creamos un juego tipo monopolio para recorrer el Tahuantinsuyo y un recorrido por Santiago donde los romanos esogían los edificios sobre los que tenían más influencia.

Posiblemente se podía hacer más, pero fueron buenos pasos para empezar. Creo que al final el valor del viaje no residió tanto en lo que habíamos creado duranta la semana como en lo que, después de las clases, sabíamos que podíamos y debíamos crear. Obviamente, al momento de compartir aparecieron las inquietudes de siempre que hacen referencia a las restricciones del sistema educativo escolar y a las limitaciones que ponen los directivos pero finalmente nos bajamos del vagón motivados, con la idea de empezar por incorporar a nuestros procesos de enseñanza una lúdica actitud.

Seguí conspirando

•marzo 27, 2010 • Deja un comentario

aunque el viaje tuvo interrupciones


El proyecto que inicié con Conspirando fue tomando forma y con Josefina decidimos reunirnos una vez por semana para definir la aduencia, los objetivos, el formato y los contenidos de lo que finalmente será «Liderazgo y Memoria», un material dirigido a facilitadoras que trabajan el los temas de liderazgo y memoria, personal y organizacional.

Recorrimos un largo camino pero al final logramos que Liderazgo y Memoria tuviera forma de material educativo multimedios y es que será una suerte de guía educativa que incorpora herramientas para el desarrollo de talleres como videos, documentos, audio, plantillas, fichas, etc.

Lo interesante es haber podido aplicar lo que aprendí sobre las soluciones comunicacionales a problemas formativos y claramente esta fue una oportunidad porque había que darle forma de material educativo a la experiencia que tenían en estos temas como colectivo. Es distinto pasar de la práctica cotidiana a sistematizar los conocimientos en un producto, pero a la vez importante porque así se puede llegar a una audiencia más grande y contar con un material educativo propio.

Aprendí la importancia de trabajar con metáforas que fueran cercanas a las mujeres y que reunieran distintos elementos sobre los que se quería trabajar. De este modo, fue más fácil estrcuturar el material bajo tres modelos que se desarrollaron teniendo en cuenta las características del ciclo lunar, la flor y las espirales.

Además, viajar con acompañantes que tuvieran tanta experiencia en la formación de mujeres ha sido enriquecedor. En medio de las reuniones de trabajo he podido parar para asistir a sus ritos, conversatorios y otros espacios de crecimiento. Además, pude ver de cerca el proceso de preparación de la edición especial de la revista Con-spirando Nº 60 que cambió su formato para la ocasión, de revista al libro Sabidurías Compartidas. Participé de su lanzamiento en Santiago, realmente una celebración de toda la experiencia, el conocimiento y la búsqueda de la espiritualidad para crecer como mujeres.

Volviendo al proyecto, cuando estuvo listo uno de los modelos tuvimos la oportunidad de probarlo con un grupo de mujeres que formaban parte de distintas organizaciones sociales que realizaban capacitación y trabajan temas de desarrollo personal y organizacional. Para eso viajé a Concepción en noviembre de 2009, por un día, muy intenso, que nos permitió recoger impresiones, percepciones, sugerencias, expectativas y también muchas señales sobre lo necesario de un material educativo que apoyase la formación de mujeres que conforman organizaciones sociales.

Antes de volver, acompañé a Josefina, Ute, Carla, Susan, Judith y Andrea a recibir nuevas invitadas con las que compartirían su libro. Un rito, un conversatorio, décimas, canciones y ambiente de fiesta para celebrar el lanzamiento de manera descentralizada. Una bonita forma de despedirse de Concepción y recargarse de energía para emprender el regreso a Santiago y aunque no fue en locomotora, el viaje en bus, del cansancio, ni lo sentí.

A punto de partir

•octubre 1, 2009 • Deja un comentario

una sesión para despedirnos del viaje

Del día de nuestra última clase de Taller de Proyecto de Grado recuerdo tres cosas: un cadáver exquisito, la identificación de nuestros valores y nuestras proyecciones.

Esa última sesión tuvo un toque especial. Y es que parecía que viajábamos en primera clase, acompañados de champagne y bocaditos para celebrar el arribo a tierra firme, la misma donde concretaríamos nuestras ideas y proyectos trazados durante todo el recorrido magistral.

La música de fondo: E.L.O. Sus canciones nos acompañaron al momento de desarrollar creativas actividades.

1. Construyendo el cadáver.

En un mismo papel, uno a uno fuimos escribiendo un par de líneas que tenían que ver con la siguiente premisa: «Me dispongo a escribir mi proyecto de grado y…». Para esto teníamos que recibir un papel de nuestro compañero sentado a la derecha que sólo debía dejar alguna pista de lo que había escrito para que lo complementáramos con nuestra idea y lo pasáramos a nuestro compañero de la izquierda sin que viera todo lo que habíamos escrtito.

Al final, obtuvimos una composición alentadora que reflejaba la personalidad de cada uno y la actitud con que estábamos afrontando nuestros proyectos. El adaptado cadáver exquisito fue un momento inspirador y de trabajo colectivo en el que «como jugando» nos proyectábamos sobre el logro de nuestros objetivos educomunicativos.

2. ¿Cuáles considero mis mejores valores para realizar el proyecto de grado?

Simulando estar sentados en el comedor de un vagón vip, arreglamos la mesa y las sillas para transformarla en una mesa de buffett donde estaban todas las cosas que habíamos llevado para compartir y las bebidas para brindar por nuestros logros del último y -en realidad- de todo el viaje.

Fue en ese momento que apareció otra actividad encubierta de una coloquial conversación. Cada uno debía decir lo que consideraba como valores y debilidades para la vida pero especialmente relacionado al proyecto de grado.

Qué interesante ver cómo reconocíamos nuestras fortalezas, reflejo de que el viaje magistral nos había ayudado a conocernos mejor y a inyectarnos energía. En ese compartir hubo de todo: capacidad de organización, experiencia, perseverancia, voluntad, emprendimiento, claridad en los objetivos, etc.

Cuando me tocó hablar, sentí que mi facilidad de adaptación y las ganas, así como el interés de hacer cosas nuevas me habían favorecido en este viaje. Por otro lado, pienso que falta de perseverancia y mi dispersión me distraen de lo que quiero y de los objetivos que inicialmente quería lograr. Sucede que a veces, mi favorable multi-interés, paradójicamente, me juegan en contra y me lleva a afirmar que «la que mucho abarca poco aprieta».

3. La última (o una de las últimas) pregunta (s)

Al final, se nos preguntó cómo nos veíamos dentro de 10 años y me pareció interesante escribir este recuerdo para ver si se cumple lo que dijimos esa tarde.

Recuerdo que Vivi quería formar una consultora en temas educativos y más adelante vivir fuera de la ciudad. Tere quería viajar a otro país para hacer un doctorado u otra especialización, como Cecy, que, además, se quería dedicar a la docencia.

Pauli, según lo que recuerdo, viviría su vida sin saber ni preocuparse en lo que haría dentro de un tiempo determinado (la próxima década por ejemplo) lo que sí recuerdo es que estaría haciendo algo relacionado a la investigación.

Isabel quería seguir capacitándose y perfeccionándose en lo que había aprendido para mejorar los espacios donde se encontrara trabajando. Por su parte, Angela, perseguiría el sueño de vivir y estudiar en otro país, mientras sus hijos hacían lo mismo, todos libremente.

Clara se veía independiente, trabajando como educomunicadora eclesial en cualquier lugar y con cualquier grupo de gente que la necesitara.

Yo? en 10 años me veía en otro país, o de vuelta en mi país, tratando de repetir el modelo de independencia laboral y aprendizaje no estrictamente educativo sino de la vida. Conociendo y experimentando cosas nuevas e involucrándome en proyectos sociales de comunicación y educación.